Colección de Romanticismo

La sobriedad del neoclásico de la fachada contrasta con la decoración interior, que evoca la vida diaria de una casa acomodada del siglo XIX.

El cancel de la entrada da paso a un amplio vestíbulo en la planta baja, donde hay instalado un mail-coach fabricado en París a finales del siglo XIX. El recibidor está presidido por un retrato de la reina Isabel II atribuido a Luis de Madrazo Künst (c. 1862-1863). Las diversas estancias están dedicadas a lo que era la vida cotidiana de la familia: comedor, sala de música, salón de baile, alcobas y guardarropa, capilla y sala de juego, revestidas con mobiliario de época. Destacan los juegos de cajoneras, así como una silla de luz de mediados del siglo XIX; entre los instrumentos musicales, un arpa fabricada por Erard Frères del primer cuarto del siglo XIX y un pianoforte vienés de 1810 construido por Johan Schantz. La cuidada decoración muestra objetos preciosos como el reloj de sobremesa de porcelana de Sajonia, fabricado en París (1849) y varias esculturas, entre las que destacan obras de Lambert Escaler y Josep Reynés, así como abanicos, vidrios de Murano y cristales de Bohemia. Las estancias permiten observar la evolución de los sistemas de alumbrado doméstico, desde los candiles hasta la iluminación por gas, así como algunos detalles de las condiciones sanitarias.

La bodega de Can Llopis, actualmente de dimensiones más reducidas, era una de las grandes bodegas de Sitges que producía vinos y, sobre todo, malvasía, que se guardaba en botellas y barricas esperando su comercialización. Situada en un nivel inferior a la planta baja, es una de las estancias más interesantes del museo. El legado de Manuel Llopis de Casades cedió las tierras plantadas con las cepas de la malvasía en el Hospital de Sant Joan de Sitges para que en continuara el cultivo, la producción y la calidad, por lo que desde ese momento se hizo cargo y actualmente comercializa cuatro variedades de vinos malvasía. Los descendientes de los albaceas testamentarios de Can Llopis reciben cada año una determinada cantidad de botellas de malvasía correspondiente a la cosecha anual para dar testimonio de la continuidad del legado.

La galería del primer piso y el jardín romántico son dos de los espacios más atractivos de la casa. Las pinturas murales de la galería recuerdan escenas infantiles y, en el pavimento está pintado el juego del bis a bis, con 49 azulejos policromados, que servía de juego para la familia Llopis y sus invitados.

El jardín romántico conserva el aire intimista que corresponde a un espacio de ocio familiar. Comunica con la bodega y dispone de un porche con una interesante decoración mural. El jardín de Can Llopis es uno de los espacios más representativos del ciclo de conciertos programados por Museus de Sitges en las actividades culturales veraniegas, Sitgestiu Cultural, que hace ya casi dos décadas que se celebra en el periodo de verano.