De Tokio a la Espluga: las obras viajeras de los Museos de Sitges
El National Museum of Western Art de Tokio, el Museu Nacional d’Art de Catalunya, la Fundación Mapfre, los CaixaForum de Lleida i de Girona, el Museu de Valls, el Museu de la Vida Rural de la Espluga de Francolí y la Fundación Josep Pla de Palafruguell han sido los destinatarios de las cesiones de obras de los fondos de los Museos de Sitges para exposiciones temporales durante el 2018. En total, 45 obras viajaron el año pasado en diferentes museos para diferentes muestras, especialmente sobre el arte moderno.
Durante el último trimestre de 2017, el cuadro La partición del vino, de Ignacio Zuloaga se cedió a la Fundación Mapfre de Madrid, para incluirlo en la exposición Zuloaga en el París de la Bélle Époque, 1889-1914. El mismo centro madrileño mostro, entre octubre de 2018 y este pasado mes de enero, la obra Maternitat (1908), de Joaquim Sunyer, integrada en la exposición Redescubriendo el Mediterráneo, un recorrido por las pinturas y esculturas de finales del siglo XIX y principios del XX –Monet, Renoir, Sorolla, etc.– que convirtieron el Mediterráneo en motor de renovación del arte.
El Museu Nacional d’Art de Catalunya exhibió, entre finales de 2017 y principios de 2018, una serie de seis dibujos y pinturas de Ramon Pichot procedentes del Cau Ferrat, en la muestra Ramon Pichot, D'Els Quatre Gats a la Maison Rose, dedicada al artista barcelonés, a caballo entre el impresionismo y el modernismo. Esta misma muestra viajó a CaixaForum de Lleida y de Girona, donde también se hizo visible la huella de Sitges y del Cau Ferrat. La mayoría de obras cedidas al MNAC –entre ellas, el emblemático Bulevard de París (1898-1901)– se vieron en Lleida y en Girona, aunque en esta última ciudad se añadió una más.
El abanderado internacional de la colección de los Museos de Sitges fue, entre finales del 2017 y principios de 2018, Santiago Rusiñol. Su pintura Capvespre (1899) viajó al National Museum of Western Art de Tokio, integrada en la exposición Hokusai and Japonisme, juntamente con obras deMonet, Degas, Cézanne o Gauguin. Por primera vez en la historia, una muestra de pintura examinó el desarrollo del arte occidental moderno a través de la óptica del prestigioso pintor y grabador japonés Hokusai.
La exposición que recibió más obras de los Museos de Sitges fue la de Rusiñol y Casas para Catalunya en Carro, que se vio hasta el 4 de enero del año pasado en el Museu de la Vida Rural de la Espluga de Francolí. Fueron 36 obras de ambos artistas además de un dibujo de Marc Terence Müller. La exposición fue la última del Año Ramon Casas y presentaba tanto óleos, como dibujos, carteles, cartas, libros y fotografías procedentes del Cau Ferrat.
El Museu de Valls, por su parte, recibió tres esculturas de Anselm Nogués para la exposición Anselm Nogués: l’oblidat escultor de Valls, mientras que la Fundación Josep Pla de Palafrugell (Girona) recibió dos cascos de la Primera Guerra Mundial del fondo del Cau Ferrat en la muestra Mig Europa cau: Impressions de Josep Pla sobre la Gran Guerra.
Las obras de los Museos de Sitges también han estado presentes en las exposiciones temporales organizadas por el Consorcio del Patrimonio de Sitges, como la del Centenario Maricel, que cerró este domingo y que mostró el proceso de construcción del complejo de Maricel. L'escultor Gustau Violet. Art, pensament i territori, que reunió 104 piezas suyas y de autores coetáneos, con el objetivo de reivindicar la obra y la condición de artista transfronterizo de Violet; y Logicofobistes, 1936. El surrealisme com a revolució de l'esperit, un viaje al último Surrealismo catalán antes de la Guerra Civil.