Museus de Sitges se suma a la conmemoración de los 50 años de la muerte de Picasso con una exposición y distintas propuestas culturales
Sitges fue uno de los escenarios de Pablo Ruiz Picasso. Y los Museos de Sitges son testigos directos, ya que sus fondos tienen seis obras del artista malagueño. Con motivo de los 50 años de su muerte, Museus de Sitges –en colaboración con el Museu Picasso de Barcelona– ha programado un conjunto de actividades, que ponen el acento de sus vínculos con la población y su relación con Santiago Rusiñol. Una exposición, una ruta, conferencias y otras propuestas socioculturales permitirán visualizar Sitges en el universo picassiano de forma relevante.
La conmemoración del Año Picasso en Sitges pone de manifiesto los vínculos directos que el genial artista malagueño tuvo con Sitges en dos fases de su vida: por un lado, en el cambio de los siglos XIX y XX –cuando vino en diversas ocasiones, gracias a su amistad con el artista Carles Casagemas– y en los años 30, tras la muerte de Santiago Rusiñol, cuando regresó para visitar el Cau Ferrat, que había conocido décadas atrás y que en aquellos momentos ya había abierto como museo público.
La relación de Picasso con Sitges fue significativa e impactó también de forma directa en su obra. Su amistad con el pintor Carles Casagemas –que pasaba allí períodos en la localidad, ya que es donde había nacido su madre y donde residían sus hermanas– atrajo a Picasso. Aquí visitó el Cau Ferrat y conoció a Santiago Rusiñol. En un corto período de tiempo, Picasso realizó 22 retratos de Rusiñol, en una época en la que el joven artista se aproximó a los intelectuales catalanes del Modernismo que se movían en torno a los Quatre Gats. De hecho, se cree que puedan aparecer otros retratos.
La pintura de Rusiñol influyó de lleno en el joven Picasso. Y también lo hizo de forma significativa El Greco, que los modernistas reivindicaron y proyectaron. Desde 1894, el Cau Ferrat acogía dos obras del artista cretense que Rusiñol había adquirido en París: Las lágrimas de San Pedro i Magdalena penitente.
Santiago Rusiñol se convirtió en pionero en el coleccionismo de obras de Picasso en el cambio de siglo. El Museo Cau Ferrat tiene en su fondo una pintura suya (La corrida de toros) i cinco dibujos. Todos datan de los años 1900-01.
La exposición. El conjunto de retratos que Picasso hizo de Rusiñol constituye uno de los ejes centrales de la exposición Rusiñol vist per Picasso, organizada por Museus de Sitges, con la colaboración del Museu Picasso de Barcelona. La muestra está coordinada por Ignasi Domènech, jefe de Colecciones de Museus de Sitges, y cuenta con significativas aportaciones del doctor en Historia del Arte, Eduard Vallès. Hoy se ha realizado la inauguración en el Museu de Maricel, donde se podrá visitar hasta el 24 de septiembre.
Rusiñol vist per Picasso presenta 29 obras, de las cuales 9 provienen del Museu Picasso, cedidas en préstamo a Museus de Sitges para la exposición. Las seis piezas del Museu Cau Ferrat también están expuestas, así como otras obras procedentes de colecciones particulares. También se exponen reproducciones de dibujos de Picasso obtenidas a partir de revistas y publicaciones de época y de las que, en algunos casos, se desconocen los originales.
Los retratos que Picasso realizó de Rusiñol son el hilo conductor de la muestra. Algunos están hechos en soportes nada habituales, como, por ejemplo, un libro de inventario de una tienda de ultramarinos, fruto de la voracidad creativa del artista malagueño en aquella época. Además de Rusiñol, también aparecen Ramon Casas, Miquel Utrillo, Ramon Pichot y Júlia Peraire. Entre las obras reproducidas, hay dos del Musée National Picasso de París que fueron inéditas hasta 1990.
Las actividades. Además de la exposición, la celebración del Año Picasso en Sitges está acompañada de otras actividades organizadas por Museus de Sitges. Rutas culturales, conferencias y talleres configuran el conjunto de la propuesta, que comienza este primer fin de semana de junio y finaliza en octubre.