Museos de Europa

La nominación de los Museos del Cau Ferrat y de Maricel para la candidatura del Museo Europeo del Año ha comportado no pocas satisfacciones. En primer lugar, el de la nominación misma. No es fácil destacar en el vasto panorama museístico continental. No es fácil, tampoco, desde la organización, dar cabida a la totalidad de países de Europa, que es mucho más que la Unión Europea. European Museums Year Award (EMYA) se fundó en 1977 bajo los auspicios del Consejo de Europa, institución que abarca la Europa real, de los países bálticos y Finlandia a Azerbaiyán, de Lisboa a Vladivostok con la voluntad, sobradamente cumplida, de considerar todo tipo de museos, grandes y pequeños, públicos y privados, en plano de igualdad. El encuentro anual de los museos nominados para el galardón del Museo Europeo del Año, conjuntamente con la celebración de foros profesionales sobre temas de actualidad y orientaciones de futuro, muestra hasta qué punto el concepto de museo es realista, amplio y generoso.

Este año hemos sido 49 museos elegidos procedentes de 24 países -el Consejo de Europa lo forman 47-. Las candidaturas se presentan directamente y sin intermediarios; su toma en consideración la realiza un comité de profesionales que es renovado periódicamente. Por primera vez se ha dado cabida a la totalidad de las candidaturas debido a la importancia del conjunto presentado y el desempeño de los indicadores que determinan la excelencia: museos rehabilitados, integración tecnológica, renovación del discurso de los museos; interdisciplinariedad; implicación y capacidad educativa y social, principalmente. La amplia variedad temática han constituido no sólo un reto de valoraciones sino la muestra de la realidad de los museos europeos. Es una realidad que cumple la definición del Consejo Internacional de Museos (ICOM), en tanto que considera el museo como una institución al servicio de la sociedad que conserva, expone y comunica los bienes relativos al ser humano y la naturaleza para la creación de conocimiento, la educación y la cultura.

En el contexto de la EMYA 2016 los museos de arte hemos estado en clara minoría. La amplitud temática -del vino al fútbol (los dos museos de Portugal eran de dos equipos de fútbol: el Oporto y el Benfica), los microbios a la civilización celta, monumentos memoriales conmemorativos al agua, del correo postal a los perros o los cuentos de hadas-. Denominadores comunes han sido la innovación aplicada a la creación de conocimiento y la educación y la implicación del museo y su entorno. Se ha hablado poco, o nada, de grandes edificios-contenedores y de arquitectos estrella y muy de proyectos vinculados al patrimonio o en la ciencia con la educación y la creación de conocimiento como objetivo. Los museos etnográficos, en las muy diversas variantes y situaciones, están al alza, porque la necesidad de conservar, explicar e interpretar es característica y voluntad permanente de los pueblos y naciones sean cuales sean las circunstancias.

Las rehabilitaciones han tenido especial importancia a los museos de los países balcánicos, en las ciudades de Mostar (la del puente) y Vukovar (protagonista del filme Las flores de Harrison), arrasadas por la guerra hace dos décadas. La memoria se hace presente en la Galería 07/11/1995 de Sarajevo, monográfico sobre la matanza de Srebrenica y el Museo de los Judíos de Varsovia, que ha sido el galardonado como el Museo Europeo del Año.

Los Museos de Europa son la diversidad del humanismo en clave de relación social y educativa con la comunidad y con el país. EMYA parte de un sistema de valores que, más allá de la implicación económica de la cultura y de sus derivados, apuesta claramente por los intangibles incuestionables e imprescindibles para el desarrollo de las personas, la educación, el conocimiento, la cultura y el patrimonio. Compartir este sistema de valores y haber sido coprotagonistas en la edición de 2016 ha supuesto, para los Museos de Sitges, una oportunidad única y extraordinaria, la entrada a formar parte de una comunidad profesional y vocacional que trabaja para la sociedad, el patrimonio y la excelencia, y last, but not least, el posicionamiento de los Museos de Sitges en el mapa de Europa que, en este caso, es mucho más que un mapa de geografía.

Vinyet Panyella i Balcells