El edificio

El complejo artístico de Maricel

El conjunto artístico y monumental de Maricel, construido entre 1910 y 1918 por el artista e ingeniero Miquel Utrillo (1861-1934) por encargo del magnate, coleccionista y filántropo norteamericano Charles Deering (1852-1927) transformó la fisonomía del barrio otorgándole una imagen única. Maricel es uno de los primeros y grandes ejemplos del Novecentismo.

Charles Deering quería una residencia con todas las comodidades para él y para sus obras de arte. Utrillo cumplió el encargo con eficacia la disposición arquitectónica del edificio. En 1910 empezaron las obras de reconversión del hospital a residencia privada que finalizaron al cabo de un año. En ese tiempo, Miquel Utrillo dispuso de toda su experiencia y conocimientos en la creación de la colección de arte hispánico de Charles Deering. El edificio recibió el nombre de Maricel por el paisaje imponente del mar, que evoca la obra homónima de Guimerà. Utrillo lo dotó también de un escudo que se encuentra en todos los edificios: un sol naciente en rojo sobre las olas azules del mar, para el que se inspiró en el dibujo de la portada del libro Oracions que había realizado para Rusiñol.

La voluntad de Deering y la obra de Utrillo no acabaron aquí. El americano compró las pequeñas casas de pescadores desde la plaza de Sant Joan y la calle Fonollar hasta el baluarte de Santa Caterina porque quería que la colección de arte que Utrillo iba configurando con una esmerada y exquisita elección se instalase con toda la solemnidad que le correspondía. El complejo de Maricel se construyó entre 1910 y 1917 y cambió por completo la fisonomía del barrio. En 1918 se convertía en un arquetípico conjunto de arquitectura novecentista que le valió los elogios de los artistas e intelectuales del momento.

Utrillo se había inspirado en la belleza del arte popular y moderno existente en el Cau Ferrat y en las dos grandes casas solariegas de Can Falç y Can Llopis.  Resolvió la visión del conjunto arquitectónico respetando el color blanco característico del barrio, utilizando el ladrillo, la cerámica y embelleciendo con la incorporación de elementos artísticos, bien haciéndolos fabricar a los artesanos o bien adquiriéndolos de diversas procedencias (Salamanca, Raixa, el monasterio del Tallat, Ayerbe, la Seu de Urgell, Santa Coloma de Queralt, Logroño ...) cosa que justificaba a raíz del peligro de destrucción en que se encontraban en su emplazamiento original. Dirigió las obras con un gran sentido de la estética y en base a los conocimientos de ingeniería, contando un conjunto de artesanos la mayor parte de los cuales eran de Sitges, que dieron lo mejor de su oficio: los maestros de obras Magí y Anton Pascual, encargados de la construcción; el cantero Antoni Fíguls; los cerrajeros Selva, Cerdà y Magí Sans; los carpinteros Salvador Marsal, Joan Marsal y Pere Claramunt; el dorador Francesc Vinardell, y el escultor Pere Jou, que los esculpió a todos, junto con Deering y Utrillo, en los dos capiteles de los constructores de Maricel. Utrillo le había hecho venir de Barcelona, donde trabajaba en el taller del marmolista Capdevila y le encomendó que decorara las ventanas de la calle Fonollar. Pere Jou esculpió 61 elementos artísticos, entre los que destacan 36 capiteles de las fachadas y del interior y que constituyen un conjunto único de escultura novecentista.

 

La ejemplaridad arquitectónica y decorativa de Maricel fue reconocida, entre otros, por Joaquim Folch i Torres, según el cual era “el fruto del momento culminante de la civilización moderna catalana”, y por el escultor Joaquim Folguera, que destacó como una perspectiva del buen gusto adaptar viejos instintos a bellos rincones.

La colección artística que Utrillo coordinó para Deering era extraordinaria, con preferencia hacia el arte hispánico y con la incorporación de obras que Deering, a veces junto a Ramon Casas, adquirían en otros lugares. Entre las más importantes habían retablos góticos como el de Sant Jordi de Bernat Martorell y los de Santa Ágata y Santa Llucía de Rafael Bergós; pinturas de Viladomat, Palomino, Pareja, el Greco, Zurbarán, Vicente López, Goya; escultura gótica como la Marededéu de Bellpuig de les Avellanes; tallas castellanas, mobiliario antiguo de procedencia castellana y francesa, tapices flamencos. La pintura moderna estaba representada principalmente por Ramon Casas, con Santiago Rusiñol, Anglada Camarasa, Boldini, Meifrèn, Larson, Regoyos, Mas i Fondevila, Padilla, Nogués, Mir i  Joaquim Sunyer y esculturas de  Josep Llimona, Miquel Blai, Gustave Violet, Clarà y Enric Casanovas. En 1915 Utrillo encargó a Josep M. Sert los murales para el recibidor, para los que el artista se inspiró en la Gran Guerra que en aquellos momentos asolaba Europa.

Charles Deerig que pasó varias temporadas en Maricel, se convirtió en un benefactor de Sitges ayudando al desarrollo del nuevo Hospital, ofreciendo donativos a la parroquia y sufragando diversas obras sociales, méritos por lo que Sitges lo nombró Hijo Adoptivo en 1916.

El esplendor de Maricel se apagó en 1921, después de que las desavenencias entre Deering y Utrillo culminasen con la salida de Charles Deering de Sitges llevándose todas sus pertenencias. La colección de obras de arte se donó, parcialmente al Instituto de Arte de Chicago, otra parte quedaron en poder de la familia Deering y, diversas obras se trasladaron de Sitges al castillo de Tamarit, que Deering había comprado en 1916, para ser vendidas posteriormente. El complejo arquitectónico, desmantelado, pasó por diversos usos perdiendo su unidad conceptual. En 1933, la Junta de Museus alquiló el Palau de Maricel para instalar la ampliación del Cau Ferrat, que en 1936 se abrió al público junto con la colección de pintura sitgetana y la Col·lecció de Marineria de Emerencià Roig i Raventós, que éste había donado al Ayuntamiento de Sitges en 1935. En 1954 el edificio lo adquirió al Ayuntamiento de Sitges. En 1969 la Diputació de Barcelona compró la antigua residencia de Charles Deering para instalar la colección de arte donada a la Diputació por el Dr. Jesús Pérez-Rosales. En 1970 la propia Diputació adquirió la residencia de invierno de Deering, Can Rocamora.

El conjunto del Maricel acoge el Museu de Maricel en la fachada marítima; Can Rocamora, edificio patrimonial y museográfico de nexo entre el Museu Cau Ferrat y el Museu de Maricel; el Palau de Maricel, frente a estos edificios y, con entrada por la fachada que da a la plaza del Ayuntamiento; la Biblioteca Popular Santiago Rusiñol, inaugurada en 1936, y el Arxiu Històric de Sitges, ubicado en la planta baja desde 1981.

Desde 2012 el complejo Maricel se ha reorientado hacia la reconstitución y recuperación de la unidad arquitectónica y conceptual, a la que ha contribuido la reordenación museográfica llevada a cabo en el Museu de Maricel. Es un complejo novecentista de marcado carácter artístico y patrimonial tanto por sus características como por sus funciones. El Palau de Maricel, el Museu de Maricel y Can Rocamora forman un único conjunto que goza de protección patrimonial tanto por sus edificios como por las colecciones artísticos que estos contienen. El viejo sueño de su artífice, Miquel Utrillo, cobra vigencia y actualidad porque Maricel es todo él un conjunto arquitectónico dedicado a las artes, el patrimonio y la cultura.

El Museu de Maricel ocupa el espacio que había sido la antigua residencia de Charles Deering. Fue construida por Miquel Utrilo en dos etapas. La primera de adaptación se efectuó en 1910 y, permitió que Deering ocupase la residencia en 1911. En 1912 empieza la segunda etapa, en la que se reformó totalmente la fachada del baluarte de Santa Caterina (actual mirador Miquel Utrillo), culminándola con la torre de Sant Miquel y empotrando en la fachada una escultura gótica de Santo Miquel procedente del puente de Balaguer.

El interior del edificio, que había sido hospital, convento de monjas concepcionistas y colegio de niñas a final del siglo XIX fue habilitado como residencia. En la planta baja el comedor ocupó lo que anteriormente había sido la capilla del hospital, y se modificó el espacio que se convirtió en un mirador. Finalizada la torre de Sant Miquel (1914), en 1915 Utrillo encargó al pintor Josep M. Sert la decoración interior de la planta baja, con pinturas murales alegóricas a la Gran Guerra. La primera planta fue habilitada para habitaciones de la familia Deering con todas las comodidades de la vida moderna de esa época, como biblioteca y estudio. Las obras de arte se podían ver por todo el edificio.

La intervención de 1969-1970 que convirtió la residencia de Deering en el museo de Maricel de Mar transformó el edificio para adaptarlo a su nuevo uso, conservando algunas de las características de la decoración.

La actual disposición del Museu de Maricel ha respetado en todo lo posible su espíritu inicial, en la restauración de los elementos que quedan ­–madera, balcones, aperturas–, y al mismo tiempo, se ha implementado una museografía de acuerdo con el nuevo discurso expositivo y las instalaciones actualmente imprescindibles (climatización, seguridad, tecnología de la información, etc). La eliminación de las barreras arquitectónicas da acceso al edificio a todo tipo de público visitante.