'Palacio abandonado / Interior del Palacio de Víznar', de Santiago Rusiñol

Obras: Palacio abandonado / Interior del Palacio de Víznar, de Santiago Rusiñol (1861-1931)
Año: 1898
Técnica: Óleo sobre tela
Medidas: 75 x 100 cm / 124 x 118 cm
Colección: Colección Santiago Rusiñol. Museo Cau Ferrat, núms. de inventario: 30.265 i 30.783
 
Descripción y contexto histórico:

Los cuadros del ciclo de Víznar
 
Santiago Rusiñol emprendió su tercer viaje a Granada en diciembre de 1897, acompañado por Genís Muntaner (1851-1917) y por el pintor Ramon Pichot (1870- 1925). Llegó a Granada los últimos días del año, y permaneció hasta el 13 de mayo de 1898.
 
El estado de salud del artista se encontraba en franca decadencia por causa de la morfina con la que Rusiñol calmaba el dolor, causado por lo que él creía reuma cuando en realidad se trataba de una necrosis renal. Pero a pesar de sus condiciones físicas, Rusiñol dedicaba todos sus esfuerzos en dos causas principales: el levantamiento del Monumento al Greco, del que en agosto de ese año se había puesto la primera piedra en el Paseo de la Ribera de Sitges, y la preparación de una exposición sobre jardines que quería presentar en París. Este segundo propósito tenía mucho que ver con la excelente acogida que habían recibido los cuadros pintados en la anterior campaña granadina de 1895 a 1896. Además, corregía pruebas y se ocupaba de la edición de La alegría que passa (1898), que había terminado antes de partir de Sitges. Los precedentes de la buena acogida que habían disfrutado Oracions (1897) y Fulls de la vida (1897) le situaban como líder del simbolismo literario, máxima expresión de la innovación literaria del momento tanto en Cataluña como en el contexto de las letras hispánicas, y así era reconocido como tal.
 
La temática de jardines que Rusiñol inició el otoño de 1895 en los jardines de la Alhambra y del Generalife había supuesto un cambio radical en la estética del pintor, ya entonces dedicada abiertamente hacia el simbolismo. Ambas campañas, la de 1895 y la de 1898 configuraron el Rusiñol más arquetípicamente simbolista, tanto en cuanto al lenguaje plástico como el literario. En cuanto a la pintura de 1898, Rusiñol trabajó intensamente, de manera que al volver a Sitges llevaba "veintidos cuadros radiantes de luz, hermosos de perspectiva, perfectamente sentidos y de muy buen dibujo", además de un buen conjunto de dibujos y de páginas escritas. En 1898 el simbolismo Rusiñol llegó a su punto álgido y se prolongó con mayor o menor intensidad hasta la publicación del álbum Jardines de España (1903), que constituye el canto del cisne y el adiós de Rusiñol a la estética simbolista.
 
"Hace cuatro días que estamos en Víznar, un pueblo que no busques en el mapa y que está a dos horas de Granada. Hay un palacio abandonado con unos jardines muy bonitos que servirán para aumentar la colección de los que pinto... “escribía Rusiñol a Miquel Utrillo el 15 de marzo de 1898. El conjunto de obras pintadas en Víznar en marzo de 1898 está formado por un total de cinco cuadros que representan dos interiores y tres exteriores del Palacio de Víznar y constituye un ciclo específico de entre las obras que configuraron la prolífica campaña granadina del 98.
 
Fue el pintor granadino José Ruiz de Almodóvar (1867-1942) quien acompañó Rusiñol en Víznar, junto con el entonces joven Mariano Bertuchi Nieto (1884-1955). Todos juntos habitaron las dependencias del palacio y pintaron a sus anchas los mismos lugares, de manera que, cuando tiempo más tarde los granadinos expusieron sus obras, la crítica remarcó en ellas la influencia simbolista de Rusiñol.
 
En las obras de Víznar, Rusiñol vertió toda la melancolía, el sentimiento de calma y soledad, de abandono y de ensueño que él mismo sentía en aquellos años. En Víznar encontró el estado ideal para la inspiración, el trabajo, el reposo, la reflexión, la desazón. La impresión que tanto las estancias del palacio como el jardín, su decoración, la vegetación y la luz cambiando con el paso de las horas y los días se tradujo en el espíritu del artista en la visión intimista y subjetiva que manifestaba su estado de ánimo. El resultado es el de un conjunto hermético, compacto, de cinco obras impregnadas de la visión rusiñoliana de la vida y los seres, simbolizada en la soledad y la quietud de las salas del palacio y los jardines que lo rodean. Quietud, recogimiento y soledad es lo que desprenden los dos cuadros que Rusiñol guardó para él como recuerdo de Víznar, el Palacio abandonado y del Interior que aparecen en las paredes del Cau Ferrat. Son dos cuadros que comparten con los tres restantes el carácter de intimismo poético que caracteriza la totalidad de la obra realizada en Víznar, en la primavera de 1898.
 
El ciclo de Víznar tiene su exacto correlato literario en la obra de teatro El jardín abandonado, que Rusiñol inició por aquellos mismos días y que leyó por primera vez en la sede de la Agrupació Catalanista de Sitges en julio de 1899. Cuando fue publicada al año siguiente, acompañado de la música de Joan Gay, el eco obtenido tanto en Cataluña como en Granada, ponía de manifiesto la estrecha relación entre los cuadros pintados en Víznar y la obra dramática. Miquel Utrillo describió "la compenetración de la obra literaria y pictórica de Rusiñol" desde las páginas de Pèl & Ploma, ilustradas con profusión con las imágenes de los cuadros de Víznar. Con su agudo espíritu crítico, Utrillo desvelaba que la obra literaria de El jardín abandonado era el alma de estos jardines.
 
Primeras ediciones

Rusiñol, Santiago. El jardín abandonado, cuadro poemático en un acto. Decorado con música por Joan Gay. Barcelona: Tipografía L'Avenç, de Massó, Casas, Capo & Cia, 1900
Rusiñol, Santiago. Jardines de España, Barcelona: Fot. Thomas, 1903. Reproducción de la lámina correspondiente al Palacio abandonado

 
Exposiciones (selección):

Salón de El Defensor de Granada, los días 13, 14 y 15 de mayo de 1898: Interior (titulado Interior desierto. Palacio de Víznar), y Palacio abandonado (titulado Patio abandonado. Palacio de Víznar)
Salon L'Art Nouveau. Paris, 1899
Sala Parés. Barcelona, 1900
Cincuentenario de la muerte de Santiago Rusiñol. Aranjuez, Girona y Barcelona, 1981
Cincuentenario de la muerte de Santiago Rusiñol. Sitges, 1981
Santiago Rusiñol (1861-1931). Museo Nacional de Arte de Cataluña. Madrid: Fundación Mapfre, 1997
Los jardines del alma de Santiago Rusiñol. Sabadell, Salamanca, Palma de Mallorca y Girona, 1999
Santiago Rusiñol en Granada. La visión simbolista. Museo Casa de los Tiros. Granada, noviembre 2001
 
Bibliografía sumaria:
Casacuberta, Margarida. Santiago Rusiñol: Vida, literatura y mito. Barcelona: Curial: Publicaciones de la Abadía de Montserrat, 1997. (Textos y estudios de cultura catalana; 56)
Casacuberta, Margarida. Santiago Rusiñol y el teatro por dentro. Barcelona: Institut del Teatre, 1999. (Monografías de teatro; 37)
Coll i Mirabent, Isabel. S. Rusiñol. Sabadell: Ausa, 1992. (Monografías Ars-Ausa)
Laplana, Josep de C. Santiago Rusiñol. El pintor, el hombre. Barcelona: Publicaciones de la Abadía de Montserrat, 1995. (Biblioteca Abat Oliba; 151)
Panyella, Vinyet. "Estimado señor Domingo. Cartas de Santiago Rusiñol a Miquel Utrillo 1896-1899 ". Cartapacio. Cuadernos literarios Penedès. Otoño 1981, n º 5: 7-26
Panyella, Vinyet. "De los jardines de la Alhambra en al jardín abandonado". Los jardines del alma de Santiago Rusiñol. Girona: Fundació Caixa de Girona, 1999: 39-48
Panyella 2000. Panyella, Vinyet. Paisajes y escenarios de Santiago Rusiñol (Sitges, París, Granada). Barcelona: Publicaciones de la Abadía de Montserrat: Curial, 2000. (Textos y estudios de cultura catalana; 75)
Panyella, Vinyet. Santiago Rusiñol, el caminante de la tierra. Barcelona: Ed. 62, 2003. (Biografías y memorias; 51)
Pèl & Ploma, n º 45 (7.IV.1900)
Sánchez Rodrigo, Lourdes. Oraciones a la naturaleza. La prosa poética de Santiago Rusiñol. Sitges: Grup d’Estudis Sitgetans, 1992. (Estudis Sitgetans; 21)
Santiago Rusiñol en Granada. La visión simbolista. Granada: Museo Casa de los Tiros, 2001
 
Autoría de la ficha: Vinyet Panyella i Balcells