Las exposiciones temporales se han convertido en un nuevo polo de atracción de visitantes. El año pasado, las varias muestras organizadas desde Museos de Sitges o convocados por otros organismos en las instalaciones gestionadas por el Consorcio del Patrimonio de Sitges recibieron 68.478 visitantes, una cifra relevante que permite ampliar el público destinario tanto a los museos Maricel y Cau Ferrat, como el Palacio de Maricel y la Fundación Stämpfli.
La muestra más visitada fue Ramon Casas, la modernitat anhelada, que ocupó el Museo de Maricel desde el 16 de noviembre hasta el 19 de febrero de 2017, y que recibió un total de 38.395 visitantes. La mitad de estas visitas (19.879) fueron en 2017. La segunda muestra que atrajo más público (18.340 visitantes) fue Emerencià Roig: de la mar al paper,que presentó una selección de la colección de marinería de Roig i Raventós en can Rocamora.
Las otras muestras con una elevada capacidad de convocatoria fue la instalación de Joaquim Sunyer: el paisatge noucentista sitgetà, que exhibió cuatro óleos de Sunyer en la Sala Sert del Museo de Maricel y que atrajo 13.322 visitantes, y Lovecraft, the fear from beyond, la muestra que acogió el Saló Blau del Palacio de Maricel con motivo de la cincuenta edición del Festival de Cine.
De la Fundación Stämpfli, la exposición Lux, de Antoni Taulé, convocó 1.280 personas y permitió ampliar el radio de visitantes de las instalaciones. La muestra de los logicofobistas –que se puede ver en Can Rocamora hasta el 4 de marzo– registró solo 47 personas durante el 2017, ya que la mayoría de visitantes corresponde al actual ejercicio. Los dos meses con más movimiento en las exposiciones de Museos de Sitges fueron en febrero y octubre.
Dos de las exposiciones del 2017 producidas en Sitges han viajado luego por otras salas, como la de Ramon Casas (que se vio en Madrid y en Palma de Mallorca) y la de Antoni Taulé, que viajó hasta Andorra.