La huella de Charles Deering y el Maricel ganan proyección en Estados Unidos

El conjunto del Maricel y su colección son un poco más conocidos en los circuitos artísticos de Estados Unidos. La Frick Collection, un museo de Nueva York que acoge una de las colecciones más prestigiosas de pintura europea, ha publicado el libro Collecting spanish art: Spain golden age and America’s gilded age, en el que el Palau Maricel de Sitges, y el impulsor de su construcción, el norteamericano Charles Deering, merecen un capítulo especial.

 

Collecting spanish art: Spain golden age and America’s gilded age es un libro de estudios presentado por diversos especialistas de arte hispánico y coleccionismo en el congreso que, bajo el mismo nombre, se realizó en Nueva York en noviembre de 2008 auspiciado por la Frick Collection. El libro está editado por la misma institución, con la colaboración del Centro de Estudios de Hispánica y el Center for Spain in America.

 

El volúmen se divide en diferentes capítulos, el primero, analiza a través de diferentes estudios, la formación del agrado por el arte hispánico en Estados Unidos, las grandes colecciones americanas y el gusto americano por los grandes maestros del arte hispánico. El segundo capítulo abraza el estudio de diversos coleccionistas de arte hispánico, como Isabella Stewart Gradner, Henry Clay Frick, Archer Milton Huntington o Charles Deering y su colección reunida en el Palau Maricel de Sitges.

 

Bonaventura Bassegoda, catedrático de Historia del Arte de la UAB, e Ignasi Domènech, responsable de colecciones de los Museus de Sitges, son los autores de un trabajo documentado y profusamente ilustrado con imágenes de diferentes archivos, que supone una importante labor de difusión internacional de la que fue una de las colecciones más singulares de ese período, tanto por sus fondos como por el conjunto arquitectónico, que se construyó para acogerlas: el Palau Maricel.

 

El volúmen analiza, a partir de diferentes aproximaciones, uno de los temas ce mayor actualidad de la historia del arte: el nacimiento del gusto por la cultura y el arte catalán, español y europeo, a finales del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, por parte de la alta cultura norteamericana y sus consecuencias: la salida de una parte importante de nuestro patrimonio artístico hacia Estados Unidos. Figuras como Hearst, Frick o Meadows, entre otros, reunieron importantes colecciones de pintura y artes decorativas y, hasta, edificios enteros, ayudados por una verdadera red de comerciantes que rastreaban el territorio. Algunos de ellos, como el matrimonio Byne, camuflaban su rol de importantes anticuarios bajo una imágen de apasionados hispanistas y aprovechaban sus contactos para mercadear con los propietarios y ofrecer las piezas a los coleccionistas americanos.

 

Artistas –catalanes, españoles y del resto de Europa–, como Sorolla, Ricardo de Madrazo o Mary Cassatt; aristócratas cercanos al gobierno, como el marqués de la Vega Inclán; o historiadores de arte, como Josep Pijoan, dirigieron una red de informadores y comerciantes que facilitaron la salida de patrimonio eclesiástico y piezas que estaban en manos de la nobleza. La venta de obras por parte de la aristocracia española –arruinada, pero con un gran patrimonio– se hizo secretamente en muchos casos, para tapar su situación económica.

 

La gran riqueza artística del país, la falta de una ley de protección del patrimonio, un desinterés absoluto por parte de diferentes gobiernos centrales, la maltrecha situación económica y el flamante interés por la cultura hispánica, fueron los elementos de una ecuación que tuvo como resultado la llegada a las colecciones norteamericanas de los mejores Grecos, Velázquez o Goyas, entre otros. Todo sucedía en un contexto en el que se consolidaba la moda por la imágen hispánica, que abastaba desde el mundo de la decoración (con el nacimiento del Hispanic Style) hasta la construcción de verdaderas colecciones-museos con obras de gran nivel.