El mobiliario de Can Falç es desde hoy mismo propiedad de la villa de Sitges. La Diputación de Barcelona lo recibió en herencia de Josefina Dalmau, antigua propietaria tanto del inmueble como de los bienes que se podían encontrar en el interior. La Diputación ha renunciado a esta herencia que se ha traspasado, según consta en el testamento, al Ayuntamiento de Sitges. La colección está formada por obras de arte, como una pintura de Joan Batlle y Amell (Vista de playa con una figura femenina), un conjunto de sillería del siglo XVIII o dos bargueños de madera de pino con policromados anteriores al 1669 y procedentes de Mallorca, además de paramentos de la casa, libros diversos y colecciones de arqueología, marinería e industrias.
La voluntad del consistorio es trasladar el mantenimiento del mobiliario al Consorcio del Patrimonio de Sitges para su musealización junto con el conjunto arquitectónico y patrimonial de Can Falç. El alcalde de Sitges, Miquel Forns, ha explicado que "estamos muy satisfechos por heredar este mobiliario que permitirá que la ciudadanía disfrute de un nuevo museo con todos los elementos originales que le son propios". Según el alcalde "el mobiliario de Can Falç tiene un gran valor histórico, artístico, cultural y turístico. Todo el conjunto de Can Falç se destinará a un centro cultural de uso público". El proyecto se implementa por fases y a finales del mes de mayo, coincidiendo con el Día Internacional de los Museos, el Consorci del Patrimoni de Sitges mostró al público el resultado de la rehabilitación de tres salas en la planta baja del edificio y se dio a conocer el estudio histórico y arqueológico de Can Falç, que ha determinado que se construyó sobre restos arqueológicos de la época romana.
Can Falç es la casa particular más antigua de Sitges y la que hasta ahora se ha conservado más íntegramente. El interior del edificio - su mobiliario, decoración, mural, pintura y objetos-, se mantuvieron en su totalidad hasta el año 2000.