La magia y la huella del Cau Ferrat es uno de los ejes protagonistas de la exposición sobre Santiago Rusiñol y el Greco, que acoge el CaixaForum de Zaragoza hasta el 7 de febrero. El Greco. La mirada de Rusiñol es el último acto de la conmemoración del 400 aniversario de la muerte del genial artista cretense, que se celebró a lo largo del año pasado. La muestra llega a Zaragoza después de haberse exhibido en Barcelona y Palma de Mallorca y en coorganización del Consorci del Patrimoni de Sitges con la Fundación Godia.
La exposición gira en torno la valorización de la figura del Greco gracias a la decisiva aportación de Santiago Rusiñol y los modernistas en el cambio de siglo, así como la influencia que ejerció sobre el señor del Cau y sus coetáneos. Rusiñol propuso el Greco, a finales del siglo XIX, como un paradigma de modernidad y reflejo de su nuevo credo artístico. Hasta aquella época, el Greco no encajaba en la visión academicista dominante en el arte. Este enfoque cambió radicalmente en pocos años gracias al papel de Rusiñol y los modernistas y que ya habían iniciado los impresionistas, que reivindicaron su visión expresiva y sus valores subjetivos y espirituales.
La muestra más evidente de la importancia que Rusiñol concedió al Greco fue la adquisición en París de los dos óleos Las lágrimas de San Pedro y Magdalena penitente con la cruz, que en 1894 llevó en procesión cívica al Cau Ferrat como un gran evento social y artístico. Dos años después, Rusiñol impulsó la construcción del monumento en Sitges, que realizó Josep Reynés y que se inauguraría por suscripción popular en 1898.
Los dos óleos del Greco del Cau Ferrat se muestran en la exposición del CaixaForum de Zaragoza, junto con más de cuarenta obras, de las que cerca de la mitad provienen del Cau Ferrat. La exposición constituye una oportunidad para el Cau Ferrat para difundir su obra y perfil en Zaragoza, ya que presenta algunos óleos significativos de su colección, como los retratos de Carles Mani, Modesto Sánchez y Miss Mac Flower, de Santiago Rusiñol; El novicio y Jueves santo, del mismo autor; y las copias de clásicos del Greco que realizaron Ramon Pichot e Ignacio Zuloaga.