La primera fase del proyecto de rehabilitación de Can Falç ha permitido localizar en el subsuelo del edificio diversos restos arqueológicos de la época romana relacionadas, muy posiblemente, con las actividades marítimas del antiguo Port d’en Tacó. Este estudio inicial, previo a la musealización que mostrará el pasado agrícola, marinero e industrial de Sitges, fue encargado para determinar con exactitud la evolución histórica de la casa señorial más antigua de Sitges, antes de tomar ninguna decisión sobre qué estructuras del edificio deben ser preservadas. En concreto, se han identificado hasta seis fases arqueológicas diferentes, ubicadas cronológicamente entre 1546 y el siglo XIX.
El edificio inicial, del siglo XVI, era rectangular, de planta baja y dos pisos, y ocupaba sólo una pequeña parte del núcleo del conjunto actual. Posteriormente se fueron añadiendo más cuerpos alrededor y no alcanzó el volumen actual hasta mediados de siglo XIX. La intervención arqueológica ha sido encargada por el Consorcio del Patrimonio de Sitges a la empresa Antequem, bajo la dirección técnica de Dídac Pàmies y la coordinación del arqueólogo del Consorcio, Pere Izquierdo.
Las obras que se están haciendo tienen un planteamiento estrictamente conservador y se han concentrado en la recuperación de los espacios de la planta baja que dan a la calle de la Carreta, que a finales de abril ya será utilizable como espacio de trabajo para la clasificación y conservación de materiales y documentos que aún quedan dentro de la casa. De cara al futuro, la sala también está previsto que se utilice como espacio polivalente para hacer actos públicos y pequeñas exposiciones.
Paralelamente, también se han eliminado varios tabiques recientes que fragmentaban el espacio, se han reconstruido los servicios sanitarios adaptados a las personas minusválidas, se han eliminado revestimientos que ocultaban las paredes y éstas se han tratado contra las humedades. Además, en las zonas donde estaban más débiles, las paredes se han revestido de mortero de cal natural aplicado manualmente. Las otras actuaciones de esta primera fase han sido la recuperación de las instalaciones básicas (electricidad, agua, sanidad e informática) y de los pavimentos originales, que se han limpiado y arenado.
La dirección técnica de las obras corre a cargo de Albert Bargués, asistido por el arquitecto Fran Marimon y por el arqueólogo y técnico de proyectos de museos de Sitges Pere Izquierdo. La intención es que Can Falç abra sus puertas al público durante el año 2018.