El mobiliario de Can Falç ya pertenece al pueblo de Sitges, gracias a la renuncia por parte de la Diputació de Barcelona, que lo legó la última propietaria del edificio, Josefina Dalmau i Centenera a su fallecimiento, en el año 2000. Este acuerdo –que aceptó el pleno Municipal del Ajuntament, celebrado el lunes 27 de julio – permite al Consorci del Patrimoni de Sitges exhibir en depósito una parte de este conjunto hasta que Can Falç abra como nuevo centro patrimonial.
La colección está compuesta por obras de arte, como una pintura de Joan Batlle i Amell (Vista de la platja amb una figura femenina), un conjunto de sillas del siglo XVIII o dos arquillas de madera de pino con policromados anteriores a 1669 que proceden de Mallorca, además de paramentos de la casa y diversos libros.
El Museu de Maricel es el destino de parte de esta colección: la pintura de Batlle (expuesta en las salas de los Luministas), la sillería y las arquillas. Estas dos últimas piezas protagonizaron la Peça del Mes de mayo, lo que permitió su presentación en público, una vez restauradas. Otras piezas de la cesión también son objeto de restauración.
La titularidad de las piezas es del Ajuntament de Sitges y forma parte de los acuerdos que cerraron el alcalde de Sitges, Miquel Forns, y el presidente de la Diputació, Salvador Esteve, para la cesión de Can Falç al pueblo de Sitges. El edificio será objeto de una restauración que permitirá recuperar su conjunto patrimonial y se convertirá en un nuevo museo que explique el pasado marinero y agrícola de Sitges. Un estudio en el que intervendrán diferentes profesionales y expertos determinará las funciones y trabajos de recuperación de Can Falç.
Dos bargueños entran en los museos
Projecte de rehabilitació de Can Falç