Casa Rocamora

Can Rocamora es el edificio situado en medio del Museo del Cau Ferrat y del Museo de Maricel y actual nexo de unión museística entre ambos.

En la planta baja se ha instalado el espacio de acceso y acogida de visitantes conjunto para el Museo del Cau Ferrat y el Museo de Maricel, desde el que se puede iniciar el circuito escogido para la visita. En el espacio central, rodeado de barandillas de baldosas de cerámica de los siglos XVIII, se ha instalado la tienda de los museos.

La planta primera está estructurada en dos niveles. El primero, de acceso directo en el Gran Salón del Cau Ferrat, ofrece un espacio de descanso adecuado para visionar el audiovisual del Museo del Cau Ferrat. El segundo, situado en un nivel superior, ofrece un audiovisual referente a las modificaciones urbanísticas y arquitectónicas del barrio de San Juan desde la instalación de Santiago Rusiñol en su casa-taller (1898) hasta la actualidad. En el segundo espacio se pueden admirar los elementos patrimoniales que Utrillo construyó en la planta baja y que han sido trasladados para su conservación y permanencia, consistentes en las barandillas de baldosas de cerámica de los siglos XVIII y XIX, dos Aguamaniles artísticamente dispuestos y, sobre todo, la gran cocina catalana construida con azulejos dieciochescos inspirados en motivos culinarios y populares, que constituyen todo un tratado de gastronomía popular.

La planta segunda ha sido adaptada para uso museográfico como sala de exposiciones temporales.

El edificio

Hasta 1915, en que fue adquirido por Charles Deering, había sido propiedad de la familia Camps. Santiago Rusiñol la había querido adquirir a su propietario, Francesc Camps, conocido como Panxo Xicarrons, del que había pintado el retrato que hoy se conserva en el Museo del Cau Ferrat, pero no logró su propósito.

En 1915 Camps la vendió a Charles Deering, y Utrillo la convirtió en residencia de invierno del estadounidense; eran dependencias bastante más pequeñas que la mansión del lado y de carácter más íntimo. Miquel Utrillo reformó la casa levantando un piso y dotándola la nueva fachada de elementos artísticos aprovechando las aberturas existentes en el portal y los ventanales. Recubrió la fachada de estuco blanco, para distinguirla de la pared lisa del Cau Ferrat y Maricel, característica que se ha conservado hasta nuestros días. En la planta baja se dispuso un conjunto de elementos ornamentales -carpintería, pasamanos de baldosas de cerámica antiguas- para ennoblecer el edificio, y construyó una cocina y dos aguamaniles con azulejos dieciochescos, en un exitoso conjunto artístico y patrimonial. Desde entonces fue un edificio encuadernado al conjunto de Maricel. Entre 1915 y 1921 fue habitada por Deering; al marchar, la legó al pintor y gran amigo suyo Ramon Casas.

Ramon Casas habitó ocasionalmente lo que había sido la residencia de invierno de Deering y pintó algunas escenas de interiores. A la muerte del artista (1932) la casa pasó a una rama de sus sobrinos directos, la familia Rocamora, que la vendió a la Diputación de Barcelona (1970), dado el interés que ofrecía para la ampliación de Maricel. El edificio pasó por varias intervenciones de reforma antes y después del último cambio de titularidad.

Con el Proyecto de restauración, acondicionamiento y remodelación del conjunto de edificios del Museo Maricel de Mar, Can Rocamora y Museo del Cau Ferrat de Sitges, Can Rocamora ha quedado definitivamente integrado en el conjunto patrimonial de Maricel y los usos museográficos.