Modelos de belleza.El antiguo Museo de Reproducciones Artísticas
Museo de Maricel
Del 15 de diciembre de 2023 al 13 de octubre de 2024
Comisariada por Ignasi Domènech
Visita guiada
El Museo de Maricel presenta la exposición Models de bellesa. L’antic Museu de Reproducciones Artístiques (Modelos de belleza. El antiguo Museo de Reproducciones Artísticas), una muestra que reúne 200 piezas de mobiliario, cristal, pintura, escultura, porcelana, cerámica, esmalte, yeso y mosaico, que integraron esta colección creada a finales del siglo XIX, con el fin de acercar el arte al conjunto de la población. Una parte destacada de este antiguo museo forma parte del fondo del Palau de Maricel y constituye el eje central de la exposición. La muestra, organizada por Museus de Sitges, está comisariada por Ignasi Domènech y podrá verse hasta el 13 de octubre del próximo año.
En 1890, el Ayuntamiento de Barcelona creó el Museo de Reproducciones de Barcelona, inicialmente bautizado como Museo de Reproducciones Artísticas, de Arquitectura, de Escultura y de Artes Sumptuàries. Esta iniciativa pretendía reunir reproducciones de algunas de las grandes obras del arte universal para que pudieran ser contempladas y admiradas por las clases medias y populares, en una época en la que no existía todavía el turismo y las posibilidades de viajar y acceder en la cultura resultaban limitadas. La creación del museo representó uno de los proyectos intelectuales de mayor envergadura, ambición y modernidad en la Catalunya de finales del XIX, así como una de las apuestas de mayor impacto para favorecer la difusión del arte entre el conjunto de la población.
El Museo exponía piezas de arquitectura, escultura, cerámica, cristal, mosaico, esmalte, joyería, mobiliario y tejidos, entre otros. Incluso incorporó una biblioteca especializada, que es el origen de la actual biblioteca nacional de Historia del Arte, actualmente Biblioteca Folch i Torres, en el Museu Nacional d’Art de Catalunya.
El contexto histórico. El Museo de Reproducciones de Barcelona seguía los parámetros de otros museos de reproducciones que proliferaron en Europa a lo largo del siglo XIX, algunos de ellos incluidos como secciones de otros museos de ámbito nacional. Se trataba de reproducir copias de grandes obras –no necesariamente pintura y escultura– del arte universal y ponerlas al alcance del conjunto de la población.
Para Barcelona, tejer una política de creación de museos desde la nada (a diferencia de Madrid y otras ciudades que eran capitales de estado, aquí no había colecciones históricas), planteaba la creación de un museo a partir de reproducciones de calidad que podían servir, como los originales, para mostrar las formas y el espíritu que se desprendía de un gran abanico de materias artísticas.
Desde la perspectiva actual, puede costar entender cuál era la finalidad de tales instituciones, puesto que hoy se tiene tendencia a apreciar por encima de todo la existencia del original. Sin embargo, en época decimonónica las copias tenían un valor y una función muy concreta. Artísticamente, eran apreciadas porque estaban realizadas por escultores profesionales que conseguían un resultado de gran detallismo y calidad.
Al mismo tiempo, resultaba relevante que las reproducciones proporcionaran modelos de calidad para la pujante industria catalana. Con la Revolución Industrial, cuando todavía no existía el concepto del diseño, empezaron a producirse objetos poco estéticos, en contraposición con las notables creaciones de los artesanos. Se consideraba primordial que se fabricaran productos decorativos que fueran a la vez útiles y bellos, y que las fábricas catalanas pudieran competir con las de las grandes ciudades europeas.
Por último, siguiendo principios pedagógicos, a estas obras se las consideraba un buen método para que los estudiantes de dibujo y de Bellas Artes conocieran las manifestaciones artísticas del pasado y se inspiraran en ellas. Por este motivo, los museos de reproducciones estaban estrechamente ligados a las academias, que eran los centros de formación artística más importantes del momento. Igualmente, las copias también servían para que el público general se educara y adquiriera conocimientos de Historia del Arte.
El Museo de Reproducciones de Barcelona. El Ayuntamiento de Barcelona, bajo el mandato del alcalde Francesc Rius i Taulet (1872 - 1889), creó varios museos artísticos y arqueológicos en los antiguos pabellones de la Exposición Universal. El de mayores dimensiones era el Palacio de la Industria, hoy desaparecido, que constaba de una planta en forma de abanico con una nave central. Es aquí donde se decidió ubicar el Museo de Reproducciones de Barcelona, fundado en 1890. Fue uno de los tres primeros museos públicos de la ciudad, junto con el Museo de Bellas Artes y el Museo Arqueológico (que a partir de 1892 s llamaría Museo de Historia).
La idea de fundar un Museo de Reproducciones en Barcelona tuvo su origen en varios artículos de Francesc Miquel i Badia, entre 1870 y 1889. Finalmente, el Ayuntamiento inauguró el Museo el día de San Pedro de 1891. Lo gestionó el mismo consistorio durante los primeros años y en 1907 pasó a manos de la Junta de Museos.
Sin embargo, la vida del Museo tuvo obstáculos desde muy pronto. En 1902, el Ayuntamiento desmanteló su sede y sus colecciones sufrieron una diáspora. En los años posteriores, tuvo varias localizaciones y fue protagonista de diferentes proyectos frustrados, hasta que en 1935 una parte de sus fondos se destinaron al Palacio de Maricel, que estaba vacío desde 1921, debido a la marcha de su promotor y propietario, el coleccionista estadounidense Charles Deering.
El resto de las colecciones que no fueron trasladadas a Sitges acabaron desapareciendo. Sólo lo que llegó al Palau de Maricel mantuvo una parte de los fondos de lo que fue el Museo de Reproducciones en Barcelona, expuestos en varias salas y espacios del edificio.
La exposición. Museus de Sitges organiza la exposición retrospectiva y monográfica Modelos de belleza. El antiguo Museo de Reproducciones Artísticas, que hace hincapié en un importante episodio de la historia de los museos. La muestra se realiza con una selección de las obras del fondo del Palacio de Maricel, además de 18 piezas de yesos, que provienen de la Escola Superior de Conservació i Restauració de Bens Culturals de Catalunya. Son igualmente obras del fondo del Museo de Reproducciones, que se almacenaron en el Palacio Nacional (actual Museu Nacional d’Arte de Catalunya), y que en 1992 se llevaron a la Escuela.
Todas las reproducciones del Museo de Reproducciones en Barcelona –y, por tanto, también las exhibidas en esta muestra– fueron realizadas en el siglo XIX, y la gran mayoría de ellas, entre 1870 y 1890. Las obras y los objetos presentados, pues, tienen unos 135 años y son ya verdaderas antigüedades. En los casos que se conoce su autoría, se podía tratar de artistas (Paul Soyer, Georges Pull, Janvier Chiurazzi...) o de manufacturas, a menudo familiares (Fligli di Giuseppe Cantagalli, Compagnia Venezia Murano, O. Madrassi...).
La exposición Modelos de belleza. El antiguo Museo de Reproducciones Artísticas presenta 200 piezas, de las cuales 80 son obras de vidrio, en la mayoría de casos de Compañía Veneziana Murano Salviati & Co. Predominan los vasos y las copas, pero también hay aguamanos, jarras o botellas.
La muestra también expone una cincuentena de piezas de cerámica, especialmente platos y jarrones con motivos naturalistas. Los esmaltes, por su parte, reproducen piezas copias de originales del Louvre u otras que siguen los modelos de los talleres de Limoges.
Entre el mobiliario expuesto se encuentran armarios, tinetes y arquemisas, mientras que las obras de pintura hay reproducciones de frescos de la basílica de San Francisco de Asís y mosaicos de la de San Vidal de Ravenna. En las esculturas hay copias del propio David o de Pedro III el Ceremonioso del Museo Tesoro de la Catedral de Girona, entre otros muchos.