La exposición que presenta las obras del Cau Ferrat en el Miramar entra en la recta final

La exposición L’Art modern. Obres mestres del Cau Ferrat, en el edificio Miramar, entra en la recta final: el próximo 24 de noviembre, la muestra cerrará al público después de haberse convertido en uno de los referentes culturales de Sitges en los últimos meses. Hasta la próxima apertura del Cau Ferrat, una vez hayan finalizado las obras de reforma (prevista para mediados de 2013), las 150 obras exhibidas en la muestra se guardarán en los almacenes del Consorci del Patrimoni de Sitges.  
De hecho, la exposición del Miramar será la última oportunidad para ver a corto y medio plazo cuatro obras del fondo del Cau Ferrat, ya que cuando vuelva a abrir el museo no formarán parte de su exposición permanente. Se trata de dos dibujos de Santiago Rusiñol (Dona asseguda y Dona dempeus i llegint), uno de Henri Gaspard Ibels (Arlequí) y otro de Ramon Pichot (Noia amb vestit de saltimbanqui)  
Estas cuatro obras se podrán ver en la exposición del Miramar junto con una completa colección de obras de Santiago Rusiñol (28 obras), Ramon Casas (21), Ignacio de Zuloaga, Picasso, el Greco, Ramon Pichot o Darío de Regoyos, entre otros.  
L’Art modern. Obres mestres del Cau Ferrat constituye una oportunidad excelente para contemplar las obras del museo legado por Santiago Rusiñol en un contexto diferente al que estaban –y volverán a estar– exhibidas en el museo, donde, manteniendo el espíritu del cau rusiñoliano, conviven en espacios a menudo atestados de piezas. La muestra del Miramar, en este caso, permite lucir cada pieza con independencia de su contexto, sino estrictamente por su valor artístico.  
Precisamente, el Cau Ferrat, fue protagonista de la última sesión de la Peça del Mes,que se celebró el viernes de la semana pasada en el auditorio del Miramar y estuvo protagonizada por Vista de Notre Dame de Paris, sota la neu, de Miquel Utrillo. La historiadora de arte, Susanna Portell, realizó la presentación, de carácter muy intimista, en la que puso el acento en los sentidos: los colores, los olores, los sentimientos y las sensaciones. Portell analizó al Utrillo pintor, pero sobre todo al escritor, a través de las cartas que recibía y enviaba a sus amigos de París.