El ciclo de ópera cautiva al público de Sitges

Los conciertos de ópera incluidos en el Sitgestiu Cultural están siendo un éxito de público y, de hecho, ya se han consolidado como uno de los actos con más espectadores de toda la programación. Las actuaciones de esta edición se han repartido entre los jardines de la Casa Llopis –sede del Museu Romàntic– y el Saló d’Or del Palau Maricel. Dos escenarios estrechamente vinculados a la vida cultural sitgetana que, “por si solos, ya ejercen de reclamo”. Así lo cree Vinyet Panyella, directora-gerente del Consorci del Patrimoni de Sitges, que los define como los sitios ideales para acoger este tipo de representaciones. Constituyen dos espacios patrimoniales que el público aprecia y que, desde el disfrute de la música, se los van haciendo suyos”.
La buena acogida que han tenido los diferentes ciclos de ópera de los últimos años demuestra que este género musical tiene muchos adeptos en Sitges, ya sea gente nacida en la población o visitantes que viene a pasar el verano. “Esto también sirve para romper los tópicos de que la ópera es una expresión cultural elitista, pensada para un público concreto”, comenta Panyella. Como ella misma explica, “ofrecer ópera en campaña de verano es denominador común de la mayoría de ciudades europeas y, en el caso de Sitges, cuenta ya con una larga tradición. Lo más importante es atorgar la posibilidad de difusión y de introducción a un género musical que no conoce fronteras de públicos ni de aceptación”.
Los encargados de poner voz y rostro a estos conciertos de ópera son los miembros de Operaílica, una compañía catalana “bien conocida por el público de Sitges y con renombre en todo el país”. La formación renueva el repertorio y los intérpretes anualmente y, además, ofrece una programación cambiante y abierta a sugerencias. En esta ocasión, las obras representadas han sido fragmentos de Carmen, de La traviata y de Il barbiere di Siviglia y, como óperas completas, Don Pasquale y Rigoletto.