Dos obras del Cau Ferrat comparten protagonismo en la exposición ‘Luces de Bohemia’

La exposición Luces de Bohemia, que acoge la Fundación Mapfre de Madrid hasta el próximo 5 de mayo, es el ámbito de una nueva reivindicación de la figura de Santiago Rusiñol como uno de los artistas de final de siglo fascinado por los gitanos y su cultura nómada. La muestra define la pintura moderna a partir de la influencia y el interés que representaban los gitanos en los artistas de la época. La exposición –que se presenta a la vez con una muestra de las obras maestras del museo de Orsay de París, y que se puede ver en el mismo edificio– es uno de los grandes acontecimientos artísticos del año en la capital española. Luces de Bohemia es una ocasión para proyectar los fondos del Cau Ferrat, que ha cedido dos óleos a la muestra y que comparte protagonismo con museos como el Ermitage de San Petesburgo, el Orsay de París, el Van Gogh de Amsterdam, l’Annonciade de Saint –Tropez, el Reina Sofía de Madrid o el Picasso de Barcelona, entre otros.  
Rusiñol está presente en la exposición con tres obras: Erik Satie, bohemi (1891),Cementiri de Montmartre (1891) y Retrat del gravador Ramon Canudas (1892). Las dos últimas forman parte del fondo del Cau Ferrat, mientras que la que retrata al músico Erik Satie se exhibe en el Arxiu Joan Maragall, la antigua casa del poeta en el barrio de Sant Gervasi en Barcelona, que gestiona la Biblioteca de Catalunya. Las tres obras están expuestas en la sección “Montmartre y las escuelas de la bohemia” de la exposición, al lado y frente a Vincent Van Gogh, André Gill, Ramon Casas o Marià Pidelaserra.  
La presencia de Santiago Rusiñol y el Cau Ferrat en la muestra se complementa en el catálogo editado para la ocasión, que reproduce su Gitana del Albaicin, pintada en 1895 y que forma parte del fondo de Museus de Sitges. Este óleo permite ilustrar uno de los artículos del catálogo, con el título “Gitanos en el arte español”, de Carmen González Castro y Eduardo Quesada Dorador, de la Universidad de Granada.  
Luces de Bohemia –con el subtítulo Artistas y gitanos y la definición del mundo moderno– es un recorrido por los orígenes de la bohemia artística y la fascinación que los gitanos ejercieron en los artistas y escritores de la época. La exposición presenta un centenar de obras de Picasso, Goya, Van Gogh, Toulouse-Lautrec, Courbet, Degas, Delacroix, Manet y artistas catalanes como Casas, Nonell, Anglada-Camarasaa o Casagemas. El discurso de la muestra gira especialmente en el entorno de París, capital indiscutible del arte de finales del siglo XIX, aunque con una atención relevante a Barcelona y a los artistas catalanes de la época, muy influenciados por todo lo que sucedía en la capital francesa. Entre las obras prestadas hay una de la Biblioteca Museu Victor Balaguer de Vilanova i la Geltrú: Montmartre, de Ramon Casas (1890).  
La inauguración, el pasado jueves, de la exposición –junto con Impresionistas y postimpresionistas. El nacimiento del arte moderno, que se puede ver en el mismo palacio del paseo de Recoletos –fue una cita importante en Madrid. La organización invitó a la directora-gerente del Consorci del Patrimoni de Sitges, Vinyet Panyella, que conversó con Guy Cogeval, presidente de los museos de Orsay y de l’Orangérie de París, sobre el fondo del Cau Ferrat. En la imagen que acompaña este artículo, Panyella aparece junto a las obras cedidas por el Cau Ferrat, el día de la inauguración.